Pero todo empieza con una simple y llana inspiración que nunca se aleja. A través del tiempo se va mejorando la técnica de ir refinando y poniendo las osadas palabras en un sitio determinado.

Es cierto, muchas de ellas emergen de lo profundo de mi ser, pero creo que nacen de lo que mi esencia nunca me ha dejado de ser imperativo de expresar.

Creo que ya lo he dicho, pero este espacio me permite desahogar a la terca cabeza, que muchas veces no da tregua a estar medianamente tranquila y no por pesares, sino porque tan llena de ideas, requiere de una acción que le permita drenar todo lo que carga.

Hay días como este que me alientan a estar al pendiente del torrente de ideas que quieren salir de alguna manera y poder compartir lo que mi inspiración quiere expresar.

Hoy si puedo decir que quiero compartir una reflexión de un día cualquiera, pero de un día más gracias a Dios

No es lo mismo sentir que realmente querer…
No es lo mismo ser que estar…
No es lo mismo oír que escuchar…
No es lo mismo yo sin ti, que tú conmigo.

Tiempo que fluye y la vida nos pasa enfrente; podemos estar contrariados con alguna situación. Sin embargo, el nuevo amanecer todo lo renueva o al menos nos da la oportunidad de saber que con un nuevo día, nuestra alma ya está renovada y por más dolor que guarde el corazón, démosle la oportunidad de seguir adelante y no entramparse en el resentimiento.

Este año ya se está terminando, pero todavía le quedan muy buenas oportunidades para ser mejores y cada día más felices en lo que hacemos y con los que tenemos a nuestro lado.